Un proceso sencillo,
y muy poderoso, para cerrar ciclos es:
1. Observa la experiencia vivida, el ciclo
que terminó o está a punto de terminar. No te enfoques sólo en la superficie,
observa todo, todo lo que te dio, lo bueno y lo no tanto, y date cuenta cómo te
fortaleció en tu propia vida.
2. Agradece lo que viviste, no importa como
haya sido; si en este momento estás respirando, pudiste llegar hasta aquí, sobreviviste la experiencia y seguramente habrá algo o mucho que agradecer, incluso lo no tan agradable, que para algo sirvió.
3. Reconoce qué fue lo que te dejó esa
experiencia, qué cosas integraste, aprendiste, conociste y desarrollaste, que
ahora son tuyas y te han hecho más capaz para afrontar la vida con mayor
fuerza.
4. Integra la experiencia en ti y úsala para construir tu futuro. Pregúntate qué harás nuevo o
diferente con las experiencias vividas o qué harás de la misma manera, pero
ahora con mayor conciencia. Es decir, cómo harás que esto vivido fructifique y
sirva para hacer mejor tu presente.
5. Todo esto puedes concretarlo de una
manera creativa. Si te gusta escribir, redacta una historia. Si te gusta dibujar
o pintar, haz un cuadro. Si lo que te gusta es cocinar, inventa una receta nueva y compártela. Haz
algo que te ayude a concretar esta experiencia y que de ella surja algo nuevo, diferente
y enriquecido con todo lo que aprendiste.
Gracias por leer y compartir!